Lorenzo Sirvent Ibáñez (1678), labrador y turronero, enseñó este oficio a su hijo Bautista Sirvent Mira (1714), y un hijo de éste, Juan Sirvent Carbonell (1794), fue el que obtuvo en 1824 el título de Maestro Confitero, logrando con ello vender turrón en todas las ciudades y villas de España.
La saga es continuada por los hijos nacidos de su primer matrimonio, Juan y Francisco Sirvent Candela (1834 y 1835) dedicados a la fabricación y venta de turrones y dulces.
Siguiendo este hilo familiar, Francisco casó con Irene Soler Sarrió y se instaló en 1866, como fabricante de artículos de confitería, en un edificio situado en la calle de la Vila, número 59. Tuvieron cuatro hijos: Francisco, Cándido, José y Manuel.
Francisco se trasladó a San Sebastián estableciendo un negocio de ventas de dulce; Cándido vendía turrón en un puesto del mercado de Alicante, y José se fue a Buenos Aires, donde intentó montar con su hermano Manuel y otros socios jijonencos una comercial de turrón con el nombre «Sirvent y Cía».
LOS INICIOS DE LA FAMILIA SIRVENT
